jueves, 17 de marzo de 2011

Aprendizaje de una segunda lengua: ¿existe una edad ideal?

Autor: Natalia Herrera Eslava


Uno de los grandes mitos que se han construido alrededor del tema de la enseñanza de una segunda lengua es que existe un periodo o etapa crítica de la infancia en que las capacidades de aprehensión disminuyen cerca a la llegada de la pubertad.
Desde años atrás, docentes y académicos han dado vueltas en torno al tema sin lograr comprobar nada que demuestre la veracidad de esta hipótesis, más bien alejándose de ella y estableciendo que esta idea es una mala interpretación de ciertas etapas del aprendizaje, que puede causar daños a la enseñanza de una segunda lengua como tal.
En el artículo "Is There a Child Advantage in Learning Foreign Languages?", publicado en la revista Education Week, Brad Marshall señala la importancia de desenmascarar el mito y devolver a los adultos la plena seguridad de que el aprendizaje de una segunda lengua es completamente posible.

Un 5% de los adultos a nivel mundial que en la actualidad se consideran bilingües empezaron su aprendizaje a edades avanzadas
Se han visto casos en que las personas mayores e incluso adolescentes empiezan a dudar de sus habilidades para aprender un nuevo idioma luego de escuchar la hipótesis de que el ser bilingüe sólo ocurre si se empieza a trabajar desde una muy temprana edad. Existen casos también de maestros que se tornan escépticos abordando sus clases con metas pobres para sus estudiantes, dando por sentado que el aprendizaje nunca podrá superar cierto nivel. Infortunadamente se ha generalizado la creencia de que cuando de aprender un nuevo idioma se trata, el cerebro adulto está en una especie de "estado apagado" mientras que el de los niños se encuentra "neurológicamente listo".
Con el fin de esclarecer algunas de las ideas más difundidas sobre este tema, trataremos de desarrollar cada una de ellas de manera breve.
La enseñanza de lenguas extranjeras desde edades tempranas no es una "llave mágica"
En el libro The Age Factor in Second Language Acquisition (El factor edad en la adquisición de una segunda lengua), David Singleton establece su fórmula "más joven = mejor en el largo plazo", en cuanto a los beneficios de una enseñanza temprana; sin embargo, esta regla tiene múltiples excepciones, como el caso del 5% de adultos a nivel mundial que en la actualidad se consideran bilingües y que empezaron su aprendizaje a edades avanzadas, mucho antes de que las teorías acerca del período crítico de aprendizaje de una segunda lengua aparecieran en el panorama.
Datos provenientes de maestros e investigadores que mantienen contacto con personas en proceso de aprendizaje de una segunda lengua sugieren que el iniciar a temprana edad no es una condición necesaria para el éxito de este propósito. Vistas todas las diferentes experiencias reportadas por los aprendices alrededor del mundo, debe haber algo de verdad en esta afirmación.
Sobre este tema John T. Bruer afirma, en su libro Myth of the First Three Years (Mito de los primeros tres años): "uno de los principales peligros de hacer énfasis en los llamados periodos críticos es que nos hace poner demasiada atención en cuándo el aprendizaje ocurre y muy poca atención en cómo debe ser el mejor modo de que éste ocurra". De esta forma, otros académicos que han discutido el tema, como Marshall, van más allá y aseguran que el aprendizaje de una segunda lengua en la escuela primaria, cuando se ha considerado es el tiempo ideal, no es una herramienta mágica para crear personas bilingües. Así, el tiempo no lo es todo.
Por otro lado, otros investigadores han afirmado que la regla del periodo crítico no sólo se aplica al aprendizaje de lenguas extrajeras sino a otros materias como las matemáticas y la lectura. Estas creencias, prosigue Bruer, "han creado preocupaciones innecesarias entre los educadores". Una visión extrema de que una segunda lengua se debe aprender en los primeros años o nunca sólo ha ayudado a cerrar puertas para las diferentes metodologías que tratan el tema.
Periodos críticos y el aprendizaje
Responder a la pregunta acerca de si existe un periodo crítico tampoco se logra con un simple "no"; sin embargo, sí se ha establecido que no existe una edad específica en que la aprehensión de un nuevo idioma se detiene. Aunque ciertos elementos del sistema de lenguaje puedan estar más relacionados con periodos críticos del aprendizaje, de acuerdo con Ellen Bialytosk y Kenji Hakuta, autores de In Other Words, "la controversia sobre la edad óptima para el aprendizaje de una segunda lengua realmente descansa sobre la adquisición de un conjunto de posibles elementos y funciones lingüísticas".
La ventada del aprendizaje gramatical nunca se cierra
Aunque la adquisición de la estructura gramática del primer lenguaje aprendido parece ser objeto de un periodo crítico de aprendizaje que culmina alrededor de la pubertad, la idea de si existe este mismo periodo en el caso de una segunda lengua es más complicada.
En The Myth of the First Years, Bruer no establece la existencia de un periodo crítico para el aprendizaje de una segunda lengua, en cambio asegura que pueden ejercerse algunas coacciones en dicho aprendizaje. Byalystok y Hakuta complican la respuesta estableciendo que, por ejemplo, en el aprendizaje de algunos conceptos como el tiempo, la edad afecta el proceso; en cambio, otros elementos como el orden de las palabras "son resistentes a cualquier efecto de la edad del aprendiz (...) La comprensión de sintaxis permanece accesible a lo largo de nuestra vida, aunque las circunstancias puedan oscurecer el acceso. La increíble habilidad humana de aprender gramática permanecerá con nosotros siempre que sigamos siendo humanos".
El aprendizaje fonológico es sensitivo a la edad
A diferencia de la gramática, la adquisición de habilidades fonológicas sí está sujeta a un periodo crítico de aprendizaje. Un manejo libre de "acentos" de una lengua extrajera es un proceso progresivo pero nunca se ha caracterizado por una mejoría abrupta.
Según un estudio de James Flege, los sonidos similares versus los completamente nuevos son aquellos difíciles de aprender. Es decir, los sonidos nuevos son más fáciles de pronunciar correctamente para quienes aprenden, que aquellos similares mas no idénticos a los que comúnmente se usan en el idioma nativo.
Según el mismo Bruer, "se sabe muy poco acerca del periodo crítico del aprendizaje fonológico". Lo que sabemos es que "el sistema permanece plástico y capaz de sintonizarse a una segunda fonología hasta poco antes de la segunda década de vida", concluye Bruer.
El aprendizaje de vocabulario no tiene un periodo crítico
David Singleton afirma que "no existe un punto de vida en que la adquisición de vocabulario para la lengua nativa cese.Así mismo, no existe periodo crítico para el aprendizaje de nuevo vocabulario en una segunda lengua". De igual forma, investigaciones de Helen Neville en las que se usaron grabaciones cerebrales concluyeron que la información semántica parece ser procesada de la misma forma tanto en angloparlantes nativos que en quienes hablan inglés como segunda lengua. Al respecto, Bruer habla sobre la consistencia de cómo los humanos aprendemos vocabulario a lo largo de nuestra vida: "el cómo procesamos el vocabulario no cambia con la maduración del cerebro, como es de suponerse si hubiera una forma de tiempo límite para el aprendizaje. Al parecer el circuito neural que necesitamos para procesar información semántica y aprender vocabulario se activa temprano y su desarrollo no cambia mientras maduramos".
Ante la idea de que la capacidad de aprender una lengua extranjera es una puerta que se cierra a una edad temprana, dejando a los adultos con no más opciones que resignarse a no dominar una segunda lengua, los académicos han llegado a la conclusión de que si bien esta analogía de la puerta no es cierta, la habilidad para aprender se va desgastando gradualmente con el tiempo. La propuesta de Bruer "más joven = mejor en el largo plazo" supone un desvanecimiento gradual más que un fin abrupto. Bialystok y Hakuta sugieren que la diferencia entre la capacidad de aprender de niños y adultos es más cuantitativa que cualitativa, indicando que el proceso es el mismo en ambas etapas y el aprendizaje de una segunda lengua no es un asunto biológico, aunque sí, en general, mantiene un constante decline con la edad.
Se ha observado que los aprendices mayores muestran una ventaja inicial frente al proceso de los más pequeños, ventaja que se supera fácilmente por los últimos, confirmando la idea de "mejor en el largo plazo". Es por esto que aunque no se debe desmotivar el aprendizaje de los adultos, tampoco se debe disminuir la importancia de iniciar la enseñanza a una edad temprana. De esta forma lo que debe ser revaluado y considerado es el cómo se están enseñando las lenguas extranjeras, puesto que la edad es sólo una de muchas determinantes que estructuran el proceso.
Bibliografía
• Bialystok, Ellen y Hakuta, Kenji. In Other Words. BasicBooks, A Division of HarperCollins Publishers, Inc., 1994.
• Bruer, John T. The Myth of the First Three Years. The Free Press, A Division of Simon and Schuster Inc., 1999.
• Marshall, Brad. April 16, 2000. "Is there a 'child advantage' in learning foreign languages?", Education Week. Vol. 19, No. 22, pp. 39, 41.
• Singleton, David y Lengyel, Zsolt. The Age Factor in Second Language Acquisition. Multilingual Matters Ltd., 1995.

PREGUNTAS:
1. ¿Por qué es importante aprender una segunda lengua?
2. ¿Es fundamental aprender una segunda lengua durante la infancia?
3. ¿Por qué las personas mayores e incluso adolescentes empiezan a dudar de sus habilidades para aprender un nuevo idioma?